UNA FUENTE DE CAMINO A ORIENTE
Hace ya mucho tiempo
en un lugar sombrío
donde hacía mucho viento
y también bastante frío,
un anciano caminaba
por un sendero vulgar
donde no había camino
que pudiese continuar.
Estrechóse el paso visible
y paró a descansar.
Recostóse en una fuente
que había en el lugar.
¡Qué vacía y sola estas!
-Pero yo te daré suerte
y tu darás agua corriente
para la sed apagar.
Una luz cubrió toda la fuente
y vióse brillar una estrella.
El anciano pidió paciente
un poco de vida para ella.
Cuanto había a su alrededor
se paró en un instante
De la roca agua brotó,
solo el viento sintió
y en tan solo un momento
a los arboles dió movimiento
asientiendo así tal honor.
En aquél pequeño sendero
donde ahora hay agua siempre
pasa el viento ligero
dando frescor a la fuente.
Donde reposa el viajero
y descansa el peregrino
en su ruta de camino
que le lleva a Oriente.
Texto registrado por el autor de este blog.
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