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miércoles, 21 de julio de 2010

ANA LA CASTAÑA



castañas asadas


castaño


Erase que una castaña
encerrada con sus hermanitas
estaban en una cabaña
esperando ser cocidas.
¡Castañas! ¡Castañitas!
-decía la viejecita-
Y Ana la castaña
saliendo con mucha maña
del puesto corrió a prisa.
¿Dónde me puedo esconder
-decía la castañita.
Al momento empezó a llover
y Ana estaba heladita.
Recordaba a sus hermanas
en el puesto calentitas.
¡Castañas! Castañitas!
De lejos oía gritar
y veía a la anciana
con el palo remover
en la gran palangana
y las castañas cocer.
Yo no quiero ser asada
y tampoco ser cocida.
-decía Ana enfadada.
¡Yo quiero ser distinta!
Transcurrió la larga noche
y Ana buscó una hojita
que le sirviera de arrope
y un cordon de bufandita.
Al día siguiente Ana
pensó que quería ser
un arbol de castañas
y muchas flores tener
en sus troncos
y en sus ramas
con belleza y querer
que todos sus hijitos
puedas llegar a escoger.
Ahora que Ana creció
y es un gran castaño,
su decisión convirtió
a muchas de sus hermanas.
Si en tu pequeño mundo
puedes aún escoger
no menosprecies lo mucho
que puedes tomar de él.
Pues el paso para un futuro
es llegar a ser alguien en él.



Texto Copyright registrado autor de este texto.
Foto superior (castañas asadas) autor L.Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga) en Wikimedia Commons.
Foto inferior (castaño) autor Bruce Martin en Wikimedia Commons.

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