Erase una vez un reloj
que siempre estaba parado
y tenía sus agujas
una para cada lado.
El cuco en su interior
quería salir de una vez
para estar de cantor
también a la hora del té.
Pero llegó un día
mirando algo confuso
al reloj que era pequeño
dió al cuco un gran susto.
Queriendo saber lo que pasa,
sacóle al pequeño animal,
le puso en otra casa
y dióle el hogar ideal.
El cuco despertaba temprano
y sin tardar un momento
daba la hora a su amo
para no perder tiempo.
Pasaron muchos días
y el cuco muy aburrido
añorando pedía
vivir en el reloj antiguo.
CUCU CUCU
Cantaba el ave siempre
Su dueño miraba y decía:
¡Qué animal más corriente!
CUCU CUCU
El pájaro aburrido
miraba su vieja casa
en un rincón oscurito
donde la pequeña arca.
Añoraba su hogar anterior
donde salió su primer aliento
de la infancia y con amor
cuando el reloj y el cantor
vivían en un solo tiempo.
Y un día sucedió
ser jornada de limpieza
y sacaron el reloj
para arreglar sus piezas.
Se entretuvo el relojero
muy sabio y paciente
en buscarle buen arreglo
que durara para siempre.
Quedó el reloj como nuevo
después de la reparación
y solo el cuco faltaba
que cantara su cancion.
Cambiaron el cuco por fin
a su hogar anterior
y daba con mucho festín
la hora exacta al señor.
Texto Copyright registrado por el autor de este blog.
Fotografía en Wikimedia Commons.
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