Erase una vez un número
que estaba siempre solo
y aunque tenía amigos
él vivía en el Polo.
¿Con quién hablas?
-preguntaban algunos-
¡Hablo solo conmigo!
-dijo el número Uno.
El número contento
una fiesta quería dar
pues tenía un lamento
que era su gran soledad.
Le decían los pingüinos:
¡Hola numero uno!
¿Van a venir tus amigos?
¡Aún no ha venido ninguno!
Aunque soy solo uno
tengo muchos amigos
que viven en el mundo
donde mis hermanitos.
Tantos acudieron
a la fiesta del Polo
que todos propusieron
no dejarlo mas solo.
LLegaron las Letras,
los Signos y demás
y el número feliz,
ya no quiso solo estar.
Despidió muy contento
aquél azul del cielo
marchóse con sus hermanos
y se alejó del hielo.
Los Signos, las Letras,
las Comas y los Puntos,
también son muy felices
porque están todos juntos.
Texto Copyright registrado por el autor de este blog.
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